Genessis comparte con los que generosamente se asoman a este sencillo portal los momentos de ocio que la vida le regala. Es una miscelánea de cosas simples; pensamientos y poemas, fantasías y pasiones, recuerdos y plegarias, vivencias e impresiones, que se plasma en el reverso de una página compartida con los lectores.
Genessis y sus avatares semejan escenarios de un alegórico estreno de un destino que va usurpando la vida en un tiempo prestado.


sábado, 19 de enero de 2013

Aprender a vivir...


Al principio, era el Verbo y el Verbo era Dios, y en Dios estaba yo.
Luego, en un tiempo y lugar determinado, del siglo pasado, mi Papá encontró a mi Mamá.

A los nueve meses vi la claridad y empecé a llorar.
A los un año, aprendí a disfrutar del cariño que me rodeaba.
A los 2 años, aprendí a tomar en mis manos lo que quería.
A los 3, aprendí a sentir el cariño de una persona, a quien decía “abuelo” y con él tenía todo.
A los 4, aprendí a buscar al abuelo que ya no estaba.
A los 5, aprendí que mi papá era lo máximo que tenía.
A los 6, aprendí a escribir y leer.
A los 7, aprendí que podía prestar mis cosas porque eran mejores.
A los 8, aprendí que las personas morían.
A los 9, aprendí que la vida no era tan generosa como deseaba.
A los 10, aprendí que era posible querer a un chico de ojos verdes.
A los 11, aprendí a decir que ya tenía 13.
A los 12, aprendí que de niña pasaba a ser mujer.
A los 13, aprendí que podía querer a un chico de 18.
A los 14, aprendí el primer beso.
A los 15, aprendí que la ilusión es parte del cuerpo y del alma.
A los 16, aprendí que los sueños no se logran sin esfuerzos.
A los 17, aprendí a forjarme un destino lejos de mi familia.
A los 18, aprendí a ver que el futuro estaba en mis manos.
A los 19, aprendí a darme cuenta que estaba empezando a vivir.
A los 20, aprendí el desprendimiento doloroso de mis primeros afectos.
A los 21, aprendí que la inocencia se estaba despidiendo.
A los 22, aprendí a experimentar que la cercanía de Dios es un regalo.
A los 23, aprendí que amar es hacer el bien sin pedir nada a cambio.
A los 24, aprendí que la vida es una sucesión de cosas comunes.
A los 25, aprendí a sentir el sinsabor que conlleva la propia elección.
A los 26, aprendí que los problemas siempre empiezan pequeños.
A los 27, aprendí que era una rebelde con muchas causas.
A los 28, aprendí que la vida es bella pero nada fácil.
A los 29, aprendí que los sinsabores de la vida debía sublimarlos.
A los 30, aprendí que la vida no era tan sencilla como creía.
A los 31, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin resolver un conflicto interno.
A los 33, aprendí que con el corazón no se juega.
A los 35, aprendí que los fracasos se superan con la autoestima.
A los 36, aprendí que si se es generoso hay vivos que se aprovechan de uno.
A los 38, aprendí que la vida es un sueño sin límites.
A los 40, aprendí que nunca es tarde para recomenzar algo.
A los 42, aprendí que dar es tan bueno como recibir.
A los 44, aprendí que trasgredir una regla no es una condena.
A los 46, aprendí que es mejor disfrutar cada instante sin esperar los grandes momentos.
A los 47, aprendí que es más enriquecedor el amor que proviene de la independencia.
A los 48, aprendí que es mejor elegir todos los días, que una sola vez en la vida.
A los 49, aprendí que la libertad interior vale más que mil tesoros acumulados.
A los 50, aprendí que si las cosas van mal, siempre hay un camino anexo.
A los 53, … no se puede cambiar lo que fue, pero se puede dejarlo atrás.
A los 55, … es razonable disfrutar del éxito, porque tiene su declive.
A los 57, … si uno queda en el pasado, ya no habrá futuro.
A los 60, … si se espera el momento perfecto para disfrutar, será en vano.
A los 63, … la mayoría de las cosas por las que uno se preocupó, fueron a tiempo.
A los 65, … saber envejecer es una tarea importante.
A los 70, … en la vida todo llega y todo pasa.
A los 75, … habrá que re-aprender muchas cosas.
A los 80, … tal vez uno amó mucho más de lo que hubiese querido.
A los 90, … vivir es un don y llegar a buen puerto es una tarea.
A los 100, … es la paz alsoluta, ya nadie recuerda que fue la fecha de mi cumpleaños. Mis amigos más queridos reposan conmigo.


sábado, 12 de enero de 2013

Autobiografía



Estoy convencida que el siete es mi número de la vida. Mi nombre tiene siete letras: SOLEDAD. Había nacido un siete de julio de 1977. Mi madre me dice que había empezado a caminar a los siete meses. A los siete años hice mi presentación de baile en el escenario del Teatro “Los siete” de la avenida 7. Tengo siete hermanos y yo ocupo el séptimo lugar. Vivo en un apartamento N° 777, en el sétimo piso de la calle 77. Al cumplir 17 años contraje matrimonio con un chico de 27. Mi matrimonio duró siete años y me quedé sola con un niño de diecisiete meses. Presenté mi tesis doctoral después de siete años de estudios universitarios.

Ahora vivo plenamente con todos los siete que la vida me fue dando y ansío llegar a la edad madura y perfecta de los siete por siete y luego avanzar lenta y felizmente hacia los 77. Después ya no me importaría ir tomando cuesta abajo, dejar todos los siete y descender al cero.

 

sábado, 5 de enero de 2013

Un bucle informático

 

Amigos, un poco de humor...!No tiene desperdicio.
Lectura recomendada!
¿Qué es un bucle informático?
Es un término que crearon los informáticos para definir un enredo de los tantos que se han hecho y ocurre cuando se entrecruzan múltiples órdenes emitidas y recibidas.  El problema no es tan sencillo, por eso va una explicación práctica para quien no conoce el concepto; trataré de explicar con un ejemplo. Se dice que un programa de informática "entró en un bucle" como cuando ocurre la siguiente situación:
El director llama a su secretaria y le dice:

- Vanesa: Tengo un seminario en París por una semana y quiero que me acompañe para que conozca a mis socios. Haga los preparativos del viaje...

La secretaria llama al marido:
- Oye Juanito, tengo que viajar al extranjero con el director por una semana. Tendrás que quedarte solo esa semana, querido.

El marido llama a la amante:
- Leonor, mi tesoro: La bruja va a viajar al extranjero durante una semana, vamos a pasarnos esa semana juntos, cariño...

La amante llama al niño a quien le da clases particulares:
- Manolito: Tengo mucho trabajo la próxima semana... No tienes que venir a clase...

El niño llama a su abuelo:
- Oye abuelo: La próxima semana no tengo clases, mi profesora estará ocupada. Así que por fin... ¡Vamos a poder pasar la semana juntos!

El abuelo (que es el Director en esta historia) llama a la secretaria:
- Vanesa, venga rápido: Suspenda el viaje, voy a pasar la próxima semana con mi nieto que hace un año no lo veo, por lo que no vamos a participar en el Seminario. Cancele el viaje y el hotel.

La secretaria llama al marido:
- Juanito: El payaso del director cambió de idea y acaba de cancelar el viaje, se fastidió el ir a París
.

El marido llama a la amante:
- Amorcito, disculpa: No podremos pasar la próxima semana juntos, el viaje de la tetona de mi mujer fue cancelado
.

La amante llama al niño de las clases particulares:
- Manolito: Mira, cambié de planes; esta semana te voy a dar clases como siempre.

El niño llama al abuelo:
- Abuelo: la pesada de mi profesora me llamó para decirme que esta semana sí tengo clases normales, discúlpame, no voy a poder hacerte compañía.

El abuelo llama a la secretaria:
- Vanesa: Mi nieto me acaba de decir que no va a poder estar conmigo esta semana porque tiene clases. Así que continúe con los preparativos del viaje al seminario...

¿Quedó claro lo que es un bucle?

(Fuente: internet)