Dedico esta entrada a los 100 seguidores del blog.
Me llena de ternura la sencillez y generosidad de tantos amigos que se
acercaron a este espacio a lo largo de este tiempo. “Sabores compartidos” fue
el primero y nunca olvidaré ese gesto, hoy
Andrés Lazcano García completó la lista de los cien. Entre los dos hay un
sinfín de personas amigas y muy queridas que me han regalado más satisfacción
de lo que yo les pude ofrecer.
Gracias Amigos, les quiero mucho, genessis.
(no lo escribí yo, me lo contaron)
El joven rey Arturo fue
sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba
furtivamente en sus bosques. El rey pudo haberlo matado en el acto, pues tal
era el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se
conmovió ante la juventud y la simpatía de Arturo y le ofreció la libertad,
siempre y cuando en el plazo de un año hallara la respuesta a una difícil
pregunta.
La pregunta era: ¿Qué quiere realmente la mujer?
Semejante pregunta dejaría
perplejo hasta al hombre más sabio y al joven Arturo le pareció imposible
contestarla. Con todo, era mejor indagar que morir ahorcado, de modo que
regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente: a la reina, a la princesa,
a las cortesanas, a las prostitutas, a los monjes, a los sabios y al bufón
de la corte... En suma, a todos, pero nadie le dio una respuesta
convincente. ¡Eso sí!, todos le aconsejaron que consultara a una
vieja bruja que vivía en la comarca, pues solo ella sabría la
respuesta. Él sabía que el precio sería alto, ya que la bruja era
famosa en todo el reino por el precio exorbitante que cobraba por sus
servicios.
Llegó el último día del año
convenido y Arturo no tuvo más remedio que consultar a la hechicera. Ella
accedió a darle una respuesta satisfactoria, a condición de que
primero aceptara el precio. Ella quería casarse con Gawain, el caballero
más noble de la Corte y el más íntimo amigo de Arturo.
El joven Arturo la miró
horrorizado: era jorobada y feísima, tenía un solo diente y despedía
un hedor que daba náuseas. Nunca se había topado con una criatura tan
repugnante. Se
acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida
que asumiera por él esa carga terrible. No obstante, al enterarse del
pacto propuesto, Gawain afirmó que no era un sacrificio excesivo a cambio
de la vida de su amigo y la garantía de seguir dirigiendo la “Mesa redonda”
de la Corte.
Se anunció la boda y la bruja,
con su sabiduría maléfica, dijo; lo que realmente quiere la mujer es: "ser la soberana de su propia
vida".
Todos supieron al instante que
la hechicera había dicho una gran verdad y que el rey Arturo estaría a salvo. Y
así fue: al oír la respuesta, el monarca vecino le devolvió la libertad.
Asombrosa boda fue aquella...
asistió la corte en pleno y nadie se sintió más desgarrado entre el alivio y la
angustia, que el propio Arturo. Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso,
sin embargo, la bruja, se comportó fatal, comiendo directamente del plato sin
usar cubiertos, emitió ruidos y despedía olores espantosos.
Llegó la noche de bodas. Cuando
Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial, aguardaba a que su esposa se
reuniera con él. Ella apareció con el aspecto de la doncella más hermosa que un
hombre desearía ver. Gawain quedó estupefacto y le preguntó qué
había sucedido. La joven respondió que como había sido cortés con ella, la
mitad del tiempo se presentaría con su aspecto horrible y la otra mitad con su
aspecto atractivo.
¿Cuál prefería para el día
y cuál para la noche?
¡Qué pregunta cruel...! Gawain
se apresuró a hacer cálculos...
¿Quería tener durante el día a
una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la
privacidad de su alcoba a una bruja espantosa? ¿O prefería tener de día a una
bruja y a una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal?
¿Usted qué hubiera preferido... qué hubiera elegido?
La elección que hizo
Gawain está más adelante, pero antes de leerla tome su decisión..............
El noble Gawain replicó que la
dejaría elegir por sí misma. Al oír esto, ella le anunció que sería una hermosa
dama de día y de noche, porque él la había respetado y le había permitido ser
dueña de su vida.
¿Moraleja?
No importa si la mujer es bonita o fea, en el fondo siempre será una bruja adorable!!!